Mi confrontación con la docencia.
En mi vida como docente, he tenido muchos aciertos y también uno que otro error, claro, soy un ser humano.
Evidentemente todos los hemos tenido, de alguna o de otra manera; el problema es saber reconocerlos, enfrentarlos y superarlos.
Soy maestra de Humanidad como lo menciona Esteve, me he ido formando en la práctica, ya que de nada sirve tener muchos conocimientos sino sabemos como transmitirlos, como comunicarlos. Hay otro autor llamado Leopold Paquay que menciona en su libro “La formación profesional del maestro: Estrategias y Competencias” que existen seis paradigmas relativos al quehacer docente: El maestro ilustrado, el maestro técnico, el practicante artesano, el practicante reflexivo, el actor social y la persona en relación con los demás. Creo que yo tengo un poco de todos estos paradigmas, porque siempre estoy en continuo cambio y preparación.
Soy de las maestras que dejan huella y trato de estar al tanto de las necesidades de mis alumnos. En muchos he cambiado actitudes y a muchas personas adultas he enseñado a leer y escribir. Siempre con esa actitud humanitaria salida del lugar en el que nací y crecí y en donde había muchas necesidades, tanto educativas como emocionales, afectivas y de alimentación. De ahí mi necesidad de superación constante y apoyo a los demás.
Diariamente en mi labor docente, adecuó los contenidos que voy a impartir al tipo de alumnos, porque no es lo mismo los alumnos de la carrera de electricidad a los de asistente directivo o los de enfermería, cada grupo tiene su plus en cuanto a forma de trabajo. Igualmente tomo en cuenta la cantidad de alumnos para mis objetivos, el lugar en el que vamos a trabajar y el material que vamos a utilizar, optimizando al máximo todos los recursos que tengo disponibles en ese momento y haciendo participar a mis alumnos para que de verdad sean competentes en lo que realicen y no sólo lo aprendan para pasar la materia y de acuerdo a la forma de evaluación que se nos presenta en los rubricas.
Al principio se me hacia difícil pero poco a poco fui adquiriendo practica y dando buenos resultados.
Esto es solo el principio, me falta mucho por hacer y aun mucho más por aprender, la tarea es ardua, constante y siempre hay algo nuevo en el terreno educativo.
Acepto el reto y el compromiso está hecho